Seguro que alguna vez has estado en el interior de un bar repleto de gente riendo, hablando a gritos, con niños llorando… Se ha demostrado que el ruido a partir de ciertos decibelios puede arruinar completamente nuestra velada y ser realmente molesto. En muchos casos, se podría reducir significativamente con islas acústicas, que evitan que las ondas de sonido reboten en el techo, ayudando a que el bar no se convierta en una enorme caja de resonancia molesta para los usuarios.
También son muy útiles en situaciones como conferencias y charlas o en salas de reuniones y oficinas, ya que evitan la reverberación del sonido y ayudarán a los oyentes a entender claramente el mensaje del emisor.
Las islas acústicas están formadas de paneles acústicos, que cuelgan del techo de determinadas estancias gracias a sistemas de suspensión (estructuras fijas o cables), respetando de esta forma el techo original y sin tener que realizar una instalación muy complicada.